Sonntag, 3. April 2011

Parque Historico


Mario nos llevó al Parque Historico de Guayaquil.
Pasear por él, era, estar en la selva. Plantas de todas clases, orquídeas gigantes, bambus, altos como casas, de tronco grueso, plantas que són raices y se extienden muchos metros, palmeras, la de coco, la de bananas, el árbol del cacao, la planta del cáfe. Animales. Tigres, osos, ciervos, monos caimanes y papagayos de multiples colores.
Visitamos, una mansión noble en estilo Colonial del 1800 de grandes proporciones, cón suelo y escaleras de marmor y pasamanos de palo santo, espejos ovalados, y varios salones de un lujo exquisito. Un joven apuesto tocaba el piano.
También visitamos una hacienda del mismo siglo. Donde la gran dama y su hermana, „recien llegadas de Paris,“ salierón a saludarnos, mostradonos, la casa y los dormitorios con camas muy estrechas, „pues asi despues de meses, sin ver a los esposos, el amor era mas lindo.“ También, vimos donde almacenaban, el cacao y el cáfe. Ambas damas iban vestidas cón ropajes largos, en rojo y azul intenso, y sombreros de la  época.
Finalmente vimos como vivian los campesinos de entonces. Casitas, de dos pisos,con escalera por fuera, hechas de bambú, y hojas gigantes de una planta para mi desconocida.  El techo estaba construido de palmera de coco.
Caminar por el Parque, era como estar en otro mundo. Han sido,tres horas, para,oler escuchar, charlar, saborear y respirar oxigeno puro.
Quiero añadir,que en este „paraiso“, tomamos platano al horno con queso, empanadillas de carne, y batidos de coco y mora. El almuerzo, encajaba perfectamente en el entorno.
Vuelta a casa cón Mario.


Ya tarde. A las diez de la noche, me convenció Anika para ir con sus amigos a las Peñas. Bares de copas de estudiantes, metidos en el Cerro de Santa Ana. El ambiente juvenil, de cocteles y cervezas variadas con musica, me gustó.